martes, 11 de junio de 2013

El lugar al que pertenezco

Creía ser el único que sentía el corazón partido a la mitad


Mi historia se puede resumir en pocas palabras; NO PERTENEZCO AQUÍ... ¿Y cómo sé que no pertenezco a este lugar? es algo muy simple de responder puesto que la vida ha conspirado en mi contra.

Dicen que el andar es como un sube y baja, a veces estaremos arriba muy felices y viviendo la vida perfecta , que todo hombre ha soñado alcanzar en algún momento, y otras veces estaremos muy abajo, sumidos en la depresión, luchando por la vida que algún día quisimos, tuvimos y dejamos pasar por no disfrutarla.

Pero yo siempre lo hice, busque la forma de disfrutar cada una de las cosas que me regalaba el existir, miraba el cielo cada mañana agradecido por ver aquellos pequeños rayos de sol entrar por la ventana, y caminaba por la calle con cuidado de tropezar al andar, ayudaba a quien lo necesitaba y al final del día, cuando estaba por cerrar los ojos volvía a sentir ese mismo vacío a la altura del pecho.

A pesar de que disfrutaba y aprovechaba todo, seguía sintiéndome  de esa manera... Quería creer que era normal que el ser humano se sintiera así, fue por eso que seguí mi camino hasta encontrar a una mujer que por momentos me hacía olvidarme de la soledad que enfriaba lo que había en lugar de mi corazón, porque estaba seguro que ahí no había un corazón, porque no era normal que no lo sintiera latir como debía, alegre, triste, con enfado... el siempre palpitaba igual, pum pum... pum pum....

La mujer de ojos grandes que cada mañana despertaba a mi lado, después de dormir entre mis brazos, la mujer que compartía su tiempo y espacio conmigo, aquella que buscaba como hacerme sonreír con pequeños detalles y con grandes momentos... La mujer que decía haber sido creada para compartir mi existir.

El tiempo se encargó de que ella me dejara de lado, porque yo solo era un muñeco vacío ante sus ojos, a quien le faltaba un corazón para amar...

¿Será que no soy de este lugar?

Yo fui testigo de cómo aquel amor desaparecía de su mirar y lo suplantaba el mismo color obscuro que seguramente había en mi alma, su sonrisa se desvaneció dejando una mueca amargada en su lugar, su dicha se convirtió en aquella cruz de reclamos y desprecio que ahora yo llevaba a cuestas, dejó de ser una mujer para convertirse en un espectro más de mi mundo real.

No era el único con el corazón partido en dos....

La diferencia entre ella y yo, era que ella había podido alejarse y renacer de entre las sombras, con mucho más brillo y soltura, al lado de un hombre, algo que nunca pude ser porque simplemente no pertenezco a este lugar.

Y fue entonces que decidí seguir mi andar, entre las sombras y las luces, arrastrando las ataduras que anclaban mi alma a algún lugar, a algún corazón que pudiera apaciguar la soledad del mio.

by: Moka





3 comentarios:

  1. gua que chido me hace pensar en muchas preguntas que me hice en mi infancia las cuales desaparecieron poco tal vez xq encontré respuesta o xq ya no les tome importancia, ese vació no se si se lleno o solo tengo la sensación de haberlo llenado estuvo muy bueno gracias por compartirlo XD

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  2. No ma...me senti identificado en este relato. desearia volver a.ser niño y no preocuparme tanto por.el.mañana...porque actualmente no.he.llenado.ese vacio que tengo...gracias mokita por.compartirlo enserio

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