Estaba
recostada entre las cuatro paredes de mi habitación cuando por fin abrí los
ojos y me di cuenta que en realidad estaba dentro de tu corazón.
Comencé
a recorrerlo como un desquiciado dentro de un cuarto acolchonado, tocando cada
pared, podía ver como tu corazón grababa en su interior cada parte de mi
cuerpo, hasta que al final pude encontrar una puerta un poco extraña, la
cerradura estaba bajo llave, una llave singular que tenia la forma de un
corazón, gire la vista hacia uno de los rincones y entonces encontré una caja
de cristal, era hermosa, transparente y fina… pero más hermosa era la daga
dorada que se encontraba dentro, de oro con detalles de marfil y diamante.
Entonces
la desesperación llego a mí de nuevo y con fuerza rompí aquella caja de
cristal, saque la daga y mirándola fijamente camine hasta la puerta, la empuñe
con firmeza y la clave con fuerza en mi pecho formando una cruz, para después
sacarme el corazón y ponerlo en la cerradura de la puerta, amoldaba
perfectamente, lo gire y entonces la puerta se abrió, trate de resistir lo que
pude hasta dar un paso fuera de tu corazón y entre la intensa y dolorosa agonía
comprendí todo…
Yo…
había estado dentro de tu corazón, tú me habías amado, aquella caja de cristal
representaba tu pureza, tu bondad, aquella que yo había destruido con tal
facilidad y fiereza, la daga
representaba tu fuerza, tú empeño por ser lo mejor para mí… y yo la había usado
para sacarme el corazón… Lo entendí… tuve que morir para salir de tu corazón…
yo misma me quite la vida sin dudarlo, sin darme cuenta de lo que hacía, hasta
ahora que agonizo en la espera de la muerte y pude comprender lo que perdí. A
ti…
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